lunes, 1 de diciembre de 2014

La encerrona

El simple hecho de hacer una encerrona es un fuerte reto para cualquier torero. Iniciando por el más evidente, enfrentarse a seis toros en una sola tarde; seis lidias distintas; el deber de observar las condiciones y comportamiento de cada toro y estructurar, en escasos minutos, la faena adecuada para cada uno de ellos, echando mano de experiencia, cabeza y técnica para desenmarañar sus misterios.
El enorme desgaste físico, emocional y mental. Estar todo el tiempo alerta, todo el tiempo observando. No hay descanso, ni siquiera entre toro y toro, porque en esa espera, se está pensando en lo que saldrá a continuación por la puerta de toriles. Implica gozar de una impecable condición física. Esta preparación, que tanto comentó el diestro en entrevistas previas a su encerrona, estuvo sobradamente cumplida. El ritmo de la corrida no se detuvo en ningún momento. No hubo pausas prolongadas entre toro y toro para darle reposo al torero, y él en todo momento se vio en buena forma, no se notó agotado ni extenuado.
También se trata enfrentarse a su misma trayectoria. El poder de convocatoria. Un solo nombre es el que hace, o no, la taquilla. Esto debe ser lo que más miedo da, más tratándose de un torero que por muchos años ha ostentado el título de Figura del toreo en México.
Tratándose de la situación actual de la Fiesta en México; de la situación económica en nuestro país; de una afición desencantada ante la falta de bravura y presencia en los toros… y de un solo nombre en el cartel, la entrada fue francamente buena, quizá la mejor, hasta el momento, de esta temporada. Aquí vemos como la promoción en diferentes medios es efectiva y necesaria, además del gran cariño y admiración que siente la afición por el “Zotoluco”.
Los toros tuvieron desigual presencia. Me gustó el trapío del de Jaral de Peñas, pero no el de Xajay… y de comportamiento también muy desiguales todos.
Hubo momentos de gran mérito y buenas tandas de muletazos, sin embargo, sabiendo el gran lidiador que es el “Zotoluco”, tuvo sobradas oportunidades de demostrarlo, pero se quedó corto. Nos dejó con ganas de saborear una faena poderosa en toros que requerían que se impusiera su lidiador ante sus características, una faena que demostrara mando y sometimiento, que son las que mejor le salen al “Zotoluco”, pero todo quedó en destellos e intenciones. Por el contrario, hubo un toro, el de Xajay, que le hubiera permitido demostrar, que tras tantos años de experiencia, también es capaz de torear con arte y buen gusto, pero no aprovechó esta circunstancia.
Respecto al sobresaliente Guillermo Martínez, pienso que por la misma presión para ejecutar un quite breve en el último toro y por la oportunidad única de lucirse, no debió elegir uno tan complicado, sino uno más básico pero que le permitiese mayor transmisión. Sin embargo, soy consciente que a la mayoría de la gente le gusta más lo vistoso que lo profundo, y al final, el muchachito fue muy aplaudido.
Sin querer demeritar lo hecho por el Zotoluco, hay que recalcar que la Fiesta está llena de villamelones, no se si ellos se dan cuenta que lo son, pero lo son. No había que sacar los pañuelos en todos los toros, sobre todo tomando en cuenta las estocadas tan defectuosas.
¿En qué momento prohibieron las vueltas al ruedo? O sea, si no corta oreja ¿es impensable una vuelta al ruedo? Vale más una vuelta al ruedo con fuerza, que una vuelta al ruedo con una oreja injustificada en la mano.
Ojalá pronto las estadísticas dejen de tener importancia sobre todo para los toreros y se concentren más en querer decir algo.
El recuento numérico fueron dos orejas y salida a hombros.
Me quedo al final con la forma en que llevó Eulalio al caballo a su quinto toro, “Mandamás” de Xajay, con chicuelinas andantes con gran suavidad y ternura; y con el segundo par de banderillas de Christian Sánchez a “Río Dulce”, de Jaral de Peñas, tercer toro de la tarde.







            

2 comentarios:

lgsosar dijo...

Creo que el término "ternura" no cabe en el lenguaje taurino... no considero que Eulalio llevó al toro de Xajay al caballo con ternura... será tersura y/o parsimonia.
Saludos

Luna Turquesa dijo...

Estimado Igsosar...
Muchas gracias por tu comentario y por leer el artículo.
Justo eso es lo maravilloso del arte, los diferentes sentimientos que puede despertar en cada quien.

Te envío un saludo.