jueves, 12 de diciembre de 2013

La muerte está, donde tiene que estar

La muerte de Laureano de Jesús Méndez, consecuencia de una cornada en la cabeza, suscitó muchos comentarios. Recordemos que por el mes de abril de este mismo año, murió también, por una cornada en el tórax, el torero Santos Gaspar May Hau, de quien casi nadie habló.
Lo de Laureano sucedió en Xuilub, municipio de Valladolid, donde según dicen, el herido tuvo que ser trasladado a un hospital en el automóvil de un particular, muriendo al llegar, o antes, o quien sabe… la información es escueta.
Ahora, es cierto que estos festejos se hacen sin asistencias médicas, pero… hay veces que los recursos son tan escasos que no alcanza… ¿y qué se hace en esos casos? Si no hay todos los protocolos de seguridad ¿no hay evento? Tenemos que caer en cuenta que vivimos en un país surrealista y tercermundista, donde muchas cosas suceden sin previsión de ninguna índole y, por el contrario, muchas tragedias no suceden, de puro milagro. Empezando por las “plazas” que en el sureste llaman “tablados”. No dudo que sean fabricadas con materiales resistentes y que lleven muchísimos años siendo usadas, y que mucha gente se trepe a estas estructuras y que no haya pasado nada, o casi nada. Pero ¿quién supervisa estas construcciones? ¿habrá un perito autorizado por el municipio, que de fe de que estas plazas resisten al número de personas que entran? (sobre todo en ferias importantes como es el caso de Tizimín).
Y entonces empezamos a ver que no sólo es asistencia médica para los toreros… es la plaza, es el ganado, es la vigilancia policiaca, son muchas carencias, y no sólo en el sureste… ésto pasa en muchísimos pueblos y rancherías de México.
¿Y qué procede? ¿cobrar más caro en un pueblo donde apenas tienen para mal comer?
La cornada de Laureano fue tremenda ¿Se habría salvado de haber habido ambulancia y un equipo médico de primera? A saber.
Desgracias de este estilo ha habido muchas y no creo que algo vaya a cambiar a partir de ésto. Para muestra basta leer la clásica novela de Luis Spota “Más cornadas da el hambre”, tan vigente como siempre, pese a los años que han pasado desde su publicación.
La muerte es el ingrediente primordial en la Fiesta de los toros. A ella se enfrenta un torero en la plaza más importante del mundo, o como Laureano, en una modesta plaza de palma o vigas, o en una ganadería, tentando.
La muerte está donde tiene que estar. Este tipo de historias, tan humildes, en contraste con aquellas como la de Manolete, es lo que hermana a la fiesta, la humaniza. Porque la muerte no distingue niveles.
Laureano se va sin pena ni gloria, después de haber perseguido quizá un sueño, quizá sólo el pan para los suyos. Unos logran llegar lejos, obteniendo gloria, fama y fortuna. Para otros, con los mismos sueños, la única recompensa es salir vivo de ahí.

Esos festejos no se dejarán de realizar. Cuando haya recursos se harán mejor, si no los hay, se harán con lo que alcance. ¿Prohibirlos? Lo veo difícil.

lunes, 9 de diciembre de 2013

Dos absurdas orejas

Domingo 8 de diciembre de 2013.

8a Corrida

Uriel Moreno El Zapata
Fermín Spínola
Daniel Luque

Ganadería: Valparaíso
Regalo: Xajay

Ésta fue una de aquellas tardes en las que ver la película de Caperucita y Pulgarcito contra los monstruos hubiese resultado más edificante. 
Si me preguntan qué rescato de esta tarde quizá un par de detalles de Luque, que ni siquiera tuvieron tanta sustancia como para trascender.
Uriel tuvo la intención de ser vistoso desde el inicio pero pos no más sus tipo zapopinas de rodillas no le salieron. De por sí es complicada la zapopina y su vistosidad radica en darle giros y extensión al capote, se necesita mucha destreza y la altura es fundamental ¿pero de rodillas? ¿Pos cómo? Ganas de innovar sin ton ni son. Por supuesto, no logró nada con el capote, y tampoco con las banderillas, el plato fuerte del Zapata
Por lo que ustedes quieran, características del toro, etc, ni toros, ni torero lograron transmitir nada de nada.
El Zapata hubiera podido haber resuelto una faena con dotes lidiadoras y no lo hizo. Lamentablemente en los tres tercios de ambos toros, lo vi mal.
Este torero ha toreado mucho, y si actualmente sabemos que la gran mayoría de los toros salen sosos, sin casta y sin emoción ¿por qué quieren resolver todo a base de derechazos, naturales y adornos? Cuando el toro no se presta, hay recursos más validos y que además la gente valora, en vez de estar tratando de sacar derechazos a un toro que si los tiene, no proyectan nada. Y luego, para fregarla de acabar matando mal.
Vi al Zapata diferente que en sus temporadas anteriores, como cumpliendo con la fecha. Como a gusto con ser triunfador en plazas de provincia. Pero no hay que confiarse, cinco minutos de fama se acaban pronto.
A Fermín Spínola lo he visto muy bien muchas veces. Pero esta tarde, sin estar mal, valiente, empeñoso y meritorio, siento que debe caer en cuenta que el tiempo pasa, los chamacos vienen  empujando fuerte y él no más no va pa ningún lado. Las temporadas pasan y él pasa inédito. No se puede vivir de la faena a Príncipe. Esa ya pasó hace un par de años. Sus toros, es cierto, ninguna perita en dulce, pero Fermín es un torero recio, con técnica, con sobriedad, con recursos. Tuvo momentos de temple, meritorios ante un toro áspero, es cierto, hacía aire, es cierto... Pero si llevase en su mente que quizá es su última tarde en México, quizá la brusquedad y el aire, pudieran pasar a un segundo término.
Sus banderillas me gustaron más que las del Zapata (quien por cierto le echaba chicos ojotes de pistolota re feos) pero tampoco fueron cosas del otro mundo.
Y vuelvo a lo mismo, ninguno de sus toros era bueno, el segundo pegajosillo, pero todo lo quieren torear a derechazos y naturales, torear como de salón pero ¿qué no entrenan con otro tipo de toro? Sabemos que un toro que se preste para florituras es un garbanzo de a libra.
La oreja que cortó Spínola fue por la estocada entera a su segundo toro, pero tampoco había petición mayoritaria que la justificara.
Daniel Luque no ha caído con el pie derecho en esta plaza. En la temporada pasada hasta desganado lo recuerdo. Esta tarde fue quien dejó mejor sabor de boca por sus detalles de arte, pero que al final, no acabaron de ser lo suficientemente sustanciosos como para hablar de una faena. Es valiente y tiene buen gusto. Sus toros complicadillos, pero él, acostumbrado a torear toros con edad, con trapío, con sentido, hubiese podido demostrar más, ante lo que para él deben ser unos novillos.
Desdenes, trincherazos, derechazos bien, a secas, lo más bonito fueron unos lances a su segundo y luego le caminó bonito con la muleta, poquito, pero bonito. Matando mal en su primero y también mal en su segundo, pero como en su segundo fue entera donde sea, si quieren trasera, si quieren tendida, pero todo es toro pues que le dan una oreja.
Como ignoraba lógicamente que le iban a dar una oreja, porque la oreja fue ilógica, que se aventura a anunciar un toro de regalo.
Y ahí fue donde, cuando salió una rata de alcantarilla por toriles (de Los Ébanos), invadió la confusión. Yo creo -son conjeturas mías- que Luque, al ver semejante tlacuache, se ha de haber negado a torear eso y ahí empiezan las mentiras que era una confusión, que ese toro quien sabe de quién era, que nadie sabía qué hacía ahí, que quién sabe cuánto tiempo llevaba ahí, que no era el que correspondía al de regalo... pero lo cierto es que la vergüenza es cada día mayor, tomando en cuenta que con tanta comunicación de internet, estos festejos se ven en todas partes del mundo. Qué pena, de verdad. Total, que ahí va pa´ dentro la rata de alcantarilla (que por cierto, la van a aprovechar para la posada de la plaza, para jugar al dominó y el futbol) y sacaron un toro de Xajay, donde al final Luque no logró hacerle nada, la gente ya cansada y con frío, el toro malo y lo mató mal.

Para las estadísticas, dos orejas, para la realidad, una corrida donde no hubo nada en claro, ni los toros, ni los toreros, ni las banderillas, ni las orejas, ni los regalos, ni la fecha de la posada de la plaza.

lunes, 2 de diciembre de 2013

Ahora sí, una corrida de toros

Sin ser un lleno total en el sector numerado, si fue una gran entrada. Lo que nos deja ver que estos tres muchachos están marcando una nueva etapa en el toreo en México. No se necesitó de ningún extranjero para lograr que la gente acudiera a la plaza.
Abrió plaza la rejoneadora Mónica Serrano.
Después de su actuación, se salió de la plaza sin despedirse de nadie. No la juzgo yo hubiera hecho lo mismo.
Pero ya hablando de cosas serias, yo espero que ésto que torearon los de a pie esta tarde, sea el parte-aguas para que por lo menos ellos, se cuelguen la bandera de ser quienes no aceptan novillos, y así iniciar una nueva era en el toreo mexicano. Y es que en tardes como ésta, se valora en su real medida lo que hace un torero, porque lo hace frente a un toro de verdad, con años, con sentido, con cabeza.
Desde el inicio, cuando salió el primer toro, había un rumor diferente en la plaza, había expectación, se palpaba emoción y lo más importante, se palpaba el respeto al animal.
Los tres, en su estilo y con las circunstancias que les tocaron, estuvieron muy bien.
Para mí, lo más sobresaliente de Adame, es la enorme empatía que genera en el tendido. Este es el torero de las masas, y las masas llenan tendidos. La gente responde a cada cosa que hace. Su primer toro, CURIOSO, fue para mí el más imponente de la corrida. La gente estaba con él desde que Adame se desprendió del burladero y empezó con lances muy pegados a tablas y luego mandiles muy ajustados.
Yo no soy afecta a este torero. Su actitud tan seria me parece hasta sombría y quizá (no me hagan mucho caso) sobreactuada, pero me impacta cómo conecta. Qué valiente es, no se mueve, tiene un hambre insaciable. En Madrid, eso de salir a matar al toro teniendo una fractura, es impactante. Este primer toro era bueno y emotivo, aunque nada fácil. El toreo de Adame es emocionante, porque se arrima mucho y no se mueve, sin embargo, le falta profundizar en este diálogo, le faltó templar, aunque fuera un toro brusco en sus embestidas, ahí está el mérito, fue mucho enganchón y poca la profundidad, pero en contraparte, muchísima transmisión con la gente. Pero a mí, que soy necia de entendederas, no me dijo nada.
Lo que estuvo de a tiro muy feo fue el agarrón que le dio, lo traía como muñeco de trapo, fue un milagro que no pasara a mayores. Y qué mérito, después de tan terrible susto, todo desmadejado y pálido, torearlo por manoletinas mis respetos.
Y luego, esa estocada entera, fulminante bien merecidas las dos orejas, algunos pedían el rabo pero pos tampoco era pa tanto.
En su segundo estuvo igualmente valiente. Su quite por chicuelinas antiguas llegó mucho a la gente. Para mí, lo más bonito fue su toreo lidiador, de pitón a pitón, justo lo que procedía, síntoma de la inteligencia del torero. Lo que enturbió su labor fue que el estoque se le fue escandalosamente muy abajo, que de inmediato sacó Adame.
A Arturo Saldívar le tocó bailar con la más fea. Ninguno de sus toros se prestaron para mayores lucimientos, su primer toro caminaba y caminaba, no paraba no humillaba, se revolvía en cortito, con la cabeza alta, distraído, nunca se entregó, ni por el derecho ni por el izquierdo. A veces se fijaba en el torero, a veces en la muleta, a veces en el tendido muy  incierto. En estas condiciones, hacer Bernadinas es muy emocionante. Al final, salió al tercio por su meritoria labor.
Su segundo toro se lo brindó al ganadero de Xajay y prácticamente le reprochó no haberlo invitado nunca a su ganadería, chamaco imprudente pero como quiera ya se ganó la invitación.
Muy valiente estuvo en cambiados por la espalda, muy quieto. El toro igual repetía, que luego se distraía, que luego se quería ir, sin embargo, cuando embestía lo hacía con codicia, cualidad sobresaliente en tiempos de sosería. Por lo pronto, Arturo tiene mucho que practicar con la espada.
Diego Silveti. Lo que más me gustó de esta tarde, es que ya no vi a Diego con tanto ademán del padre. Si bien es innegable la genética, poco a poco va tomando consciencia de su propia personalidad. Los desdenes le salen rete-lindos, así que los conserve como parte de su herencia.
Lo que más me gustó de esta tarde, es que ya no vi a Diego con tanto ademán del padre. Si bien es innegable la genética, poco a poco va tomando consciencia de su propia personalidad. Los desdenes le salen rete-lindos, así que los conserve como parte de su herencia.
Silveti no cortó ninguna oreja y hasta fue duramente criticado quesque porque desperdició a su último toro.. pero yo me quedo con lo hecho por él. Los momentos de arte, de profundidad y de estética fueron de Silveti.
Si algo hay que reclamarle, por ejemplo, en su primero, que no era fácil, era soso y salía con la carita alta, es que en una tanda, ya por fin acomodándose, remata. Si le hubiera dado dos derechazos más. Y por supuesto sus fallas con el acero
Su segundo toro, Farolero, muy buen toro, y además qué bonito, castaño, bien puesto de cabeza. Un toro muy emotivo, que repitió y embistió con alegría. Lo toreó muy bien por verónicas.
Por el lado derecho metía muy bien la cabeza y Silveti lo aprovechó con muletazos largos, templados, luego los de pecho, larguísimos y sus ya famosos desdenes. Silveti le dio al toro su aire y se lo dio a si mismo.
Por el lado derecho lo toreó de forma muy emotiva, con mucha extensión, conectando con el tendido, transmitiendo. Profundizando. Entendiéndolo.
Un toro con un lado derecho extraordinario, metiendo la cara con entrega, embistiendo con emoción. Siguió por ese lado, con pases sentidos y largos. Pasándoselo por la espalda. Luego las bernadinas, una, dos, como seis y un desdén muy sentido.
Pero era palpable que había llegado el momento de matarlo ¡por Dios! lo toreó muy bien y mucho por el lado derecho. Si no se hubiera tirado a matar, se le hubiera pasado de faena y se hubieran enfriado las cosas y también hubieran reclamado.
Hay que reconocer el momento exacto para matar. No puede ser antes ni después, aunque el toro sea extraordinario.

Aquí lo que pasó a fregar la situación y a desencantar el asunto, fue su mala ejecución con la espada. Estuvo fatal matando y el primero en lamentarlo es Diego. Pero de ahí se agarró todo mundo para decir que había desperdiciado a su toro. No fue así, lo toreó muy bien y mucho, por su lado bueno. Se tiró a matar en el momento prudente. Lamentablemente falló, pero qué injustos chiflidos Luego quiso borrar su falla y lo toreó por naturales muy desmayados, muy sentidos y muy estéticos. El toro por supuesto recibió los honores del arrastre lento.
Otro comentario, en general de las corridas actuales, se han perdido las vueltas al ruedo como reconocimiento en sí. Ahora, o se cortan las orejas o nada, cuando una vuelta al ruedo también es de gran valía cuando se han perdido las orejas, como en esta tarde, por pinchar, por ejemplo.
Para mí hubo faenas que merecían vuelta al ruedo.