sábado, 12 de marzo de 2016

La responsabilidad del valiente

El valor es considerado una cuestión de héroes y de batallas históricas. Si lo enfocamos a la Fiesta Brava, es obvio que tendría que ser la primera cualidad en un torero. El enfrentamiento entre un animal de 500 kilos, que cuenta con su instinto y dos astas prestas para embestir; y un hombre que por escudo tiene un pedazo de tela, su inteligencia, su corazón y su técnica.
Cada día debemos vestirnos con nuestro traje de valientes y no guardarlo solo para las grandes ocasiones.
A diario debemos modificar formas que creíamos vigentes para toda la vida. Como un Matador, que ensaya por horas el toreo de salón, para salir al ruedo y darse cuenta que se le exige algo totalmente diferente a lo preparado; que hay que resolver el enigma en la cara del toro; que hay que quedarse quieto y demostrar actitud, serenidad y cabeza.
Lo que era, ya no es; lo que teníamos, ya no lo tenemos; y ahora, a partir de esas carencias, hay que continuar y reestructurar la vida; echar mano de lo que se tiene; dar nuestra mejor cara, aunque nos miremos al espejo y tengamos la sensación de que se parte en mil pedazos. A eso se le llama valor.
Hay que librar cada situación adversa como lo haría una Figura del toreo; como aquel que sabe que está agotada la papeleta para verlo; porque sobre él recae la responsabilidad de la tarde; imposible echar un paso pa´ tras; imposible decir: “No puedo”.
De esta misma forma, alguien espera fuerza de nosotros; porque nosotros somos la fortaleza de ese otro.
La vida es un constante reacomodo de circunstancias y de capacidades; día a día perdemos algo, sin siquiera darnos cuenta, pero también cada día, ganamos algo y tampoco nos damos cuenta.
Ser valientes hasta para aprender a agarrar la cuchara con la otra mano, para caminar de otra forma, para respirar a otro ritmo; para adaptarnos al nuevo mundo que surge a partir de un cambio y de todo aquello que se pierde a fuerza de vivir. A fuerza de usar el alma, a fuerza de usar el cuerpo.
Un torero es la representación más gráfica del valor y de la responsabilidad; todos ellos tienen miedo, y sin embargo, logran superarlo… sobreponerse, y muchas veces, pese a circunstancias adversas, crear belleza, a partir de ese mismo miedo.
Siempre alguien necesita nuestro valor, porque sin él, ellos también se derrumban.
Somos parte de una estructura y debemos sostenerla, aunque dudemos; aunque nos duela; aunque nos cansemos. Sostenerla a costa de nuestra flaqueza, de nuestra humanidad y de nuestra tristeza…