lunes, 26 de octubre de 2015

La evolución de un torero

¡Pero qué rechula se veía la plaza prácticamente llena en el numerado! Con ambiente de tarde grande, para darle una lección a los antis que estuvieron afuera manifestándose. Como para decirles: “Señores, digan y hagan lo que quieran… que esto no se acaba”.
32,000 personas convocadas ante la inauguración de la Temporada, ojalá las entradas sean buenas todas, ojalá demostremos que estamos unidos y que no nos vamos a dejar.
Muy interesante esta corrida inaugural, donde se demuestra que la suerte es un factor preponderante en la Tauromaquia y que conjuntamente con la suerte, vienen las ganas y la convicción del que quiere ser, o más bien, del que ya es, pero quiere serlo siempre.
En términos generales, el juez Jorge Ramos fue justo, a excepción del arrastre lento al segundo toro de Adame.
Como saben, yo nunca he sido seguidora de Joselito, pero he de confesar que esta tarde me convenció. Aunque es justo también decir que le tocaron los mejores toros de la tarde. Sobre todo el primero, “Gravado en el alma" (así, con v de vaca) de Julián Hamdan. Qué bárbaro, qué toro tan bueno. Y Joselito lo supo aprovechar desde el capote, hasta el final de la faena con muleta. Desde su salida, el toro demostró su enorme calidad, nada que ver con los dos anteriores (el primero un toro exageradamente engordado que no pudo con sus kilos y el segundo, haciendo cosas extrañas, peligrosas, colándose, revolviéndose en corto sin dejar confiarse ni un segundo al torero).
Cabe destacar la evolución tan notoria que ha tenido Joselito en todo, a comparación de la última temporada que estuvo en México, donde estuvo muy bien, pero ahora viene en otra actitud y con otro corte. Empezando por su forma de vestir donde se nota la asesoría de alguien. Luego, su actitud tan seria, demasiado seria para mi gusto.
En su primer toro, me encantó. Ha afinado su estilo, y claro, después de todo lo que ha toreado en Europa adquirió mucho sitio, mucha seguridad, y eso se demuestra en el ruedo, donde de tan seguro, ya se puede dar el lujo de sentir su toreo, de imprimirle buen gusto, de imprimirle arte a lo que hace. Un Joselito Adame relajado, gustándose, con clase.
Esta tarde fue suya y este triunfo se lo ha ganado a pulso, por lo que ha hecho en toda su trayectoria. Y qué gusto verlo salir a hombros, después de tener méritos sobrados para torear la temporada pasada y que no lo hayan puesto por desacuerdos de escritorio. Así saben mejor los triunfos, tras injusticias anteriores.
Otro punto importantísimo en Joselito Adame es la enorme conexión que logra con el tendido. La gente lo adora, se identifica con él y este factor, es el que crea ídolos.
Esta tarde, Joselito le imprimió temple, lentitud y buen gusto a sus faenas, sobre todo a la primera, con ese toro excepcional. Recursos variados, técnica, tiempo y espacio para sus toros.
En el recuento, Joselito cortó tres orejas, en su segundo pedían el rabo, pero hubiera sido una exageración.
Y el reconocimiento al primer toro con el arrastre lento. A su segundo también se lo dieron, pero no lo merecía.
Esta tarde los picadores estuvieron moderados. No se acabaron a los toros en varas, como ya es costumbre.
La tarde fue de Joselito, lo cual aumenta la expectativa para el mano a mano con José Tomás. Adame irá por el triunfo a toda costa y José Tomás también. Por fin, un verdadero mano a mano, lo que la afición tanto ansía.
Me quedan en la memoria los desdenes de Adame, como haciéndoselos a todos los sinsabores que ha tenido que pasar, a todos los percances y a la mismísima muerte.