Haber perdido la bravura en las ganaderías mexicanas no es cualquier cosa. Esto constituye la pérdida de la emoción, de la verdad, de la esencia misma de la Fiesta. El que las figuras hayan perdido la voluntad de lidiar toros realmente bravos, con sentido y con edad, es el fin de la fiesta, olvidémonos de los antitaurinos. Lo verdaderamente preocupante es que haya una serie de circunstancias que solapen y apoyen esto. La permanencia de la Fiesta no se encuentra discutiéndolo con la UNESCO. Hay que volver a los orígenes, y quien no se atreva, que se quite.
13 Corrida
Eulalio López “El Zotoluco”
Julián López “El Juli”
Juan Pablo Sánchez
Toros: Fernando de la Mora
Ante este excelente cartel, claro que tenía que haber una excelente entrada, lástima que faltó el ingrediente primordial: Casta. Porque toreros hubieron.
A “El Zotoluco” le tocó el primer toro de la tarde, que fue, junto con el tercero, el menos “pior”. Pero, pues nada, entre pases bruscos, gritos y fallas con el acero, se libró de su primer toro. Inegable que tiene técnica y recursos, pero ¿y qué más tiene para ofrecer nuestra primera figura? Del segundo mejor ni hablamos.
"El Juli” demostró, sudando el terno, más raza que sus toros, aguantando medias embestidas a pies firmes y aguantando rechiflas injustificadas de un sector del público. Con la gran maestría y madurez que actualmente tiene “El Juli”, luciría más con toros toros… pero con estos, pos nada. No entiendo por qué prefieren esto a un toro que les embista con raza.
Juan Pablo
Este torero va a ser la próxima figura de México, si nada lo desvía del buen camino. Y lo demostró no sólo con lo breve de su actuación, donde hubo un gran temple y gran clase en cada pase, sino con esa actitud tan difícil de ver actualmente en un joven torero, donde los enseñan a vender hasta a su tía si es preciso. Este muchacho sufrió una cornada seria, donde se le veía el chorro de sangre y, a diferencia de tantos que hubieran hecho aspaviento y medio para aprovechar el cate, el se mostró sereno, serio y profesional. Me imagino la frustración que habrá sentido, de ser cornado justo en esta tarde tan importante. Pero demostró lo que tenía que demostrar y desde ya, queremos volverlo a ver.
Cabe mencionar lo pendientes que estuvieron “El Zotoluco” y “El Juli” a la hora de entrar a matar Juan Pablo. Compañerismo ante todo, conscientes de lo maltrecho que estaba, y luego “El Juli”, tratando de desenganchar del pitón a la criatura. Una escena muy dramática esa de entrar a matar, de por si con la cornada, y luego que lo engancha. Por fortuna, ahí no pasó a mayores. Qué pundonor de torero.
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