Si dejáramos de contabilizar y poner en
estadísticas todos los asuntos, seguramente seríamos más felices.
Yo siempre he sido mala con los números,
por eso no se me hace importante la cantidad de orejas después de una tarde de
toros.
En la 4a corrida se cortaron tres orejas,
una de Fermín Rivera, y las otras dos, Sergio Flores.
A Sergio le tocó el único toro bueno de
la tarde y lo aprovechó pero no en su totalidad, lo estaba toreando bien, con
mucha largueza y temple, pero en un instante sucedió algo, no me pregunten qué,
que hizo que perdiera altura la faena; Sergio no estuvo mal de ninguna manera,
pero faltó ese puntito que hiciera levantar a la gente de su asiento y había
materia prima. Él estaba sumamente emocionado y merece este triunfo, sin
embargo, una oreja hubiera sido suficiente.
Pasando a otros asuntos, de repente me comentan
que no es prudente, que si escribo de toros, marcar una preferencia tan fuerte
por alguien, pero como yo digo… si yo voy por el carril independiente, y si el
chiste de escribir, es hacerlo de lo que me nazca del corazón y no de lo que
convenga a ninguna empresa, ni a ningún torero, pues sí… yo soy partidaria de
Fermín Rivera. Pero aguas, porque una cosa es una y otra es otra, no por ser su
partidaria voy a decir mentiras ni ensalzar cosas que no sean ciertas, el día
que haya algo que no esté bien, será dicho.
Yo soy su seguidora porque hace cosas que
me gustan, por como torea, como observa, como mide, como da espacio, como
resuelve, como va desenredando cada madeja que se le presenta.
Me gusta su actitud, criticada por
muchos, de tan serio que es. Me gusta que no busque adornos chafas, me gusta
que no quiera suplir con chabacanerías las carencias que pudiera haber en el
ruedo. Como es, torea… y dicen que así debe ser ¿no?
Dicen que no transmite, pero a mí ayer me
emocionó mucho, y emocionar con tanta sobriedad tiene más chiste que pararse de
manos.
Emociona con pulcritud, con matemática,
con cerebro.
Yo siempre he valorado las conversaciones
inteligentes, las que aportan, las que te dejan pensando, las que dicen tanto
con pocas palabras. Me gustan las cosas bien escritas, pero breves; no me gusta
la gente chorera, no me gustan las palabras huecas, no me gustan los lambiscones.
Por eso me gusta Fermín, por eso no me importa cuántas orejas corte.
Por eso, de todo lo ocurrido la tarde de
ayer en la México me quedo con las dos faenas de Fermín Rivera.
1 comentario:
Vaya que bien, es bueno encontrar a aficionados que piensan como uno, tengo poco tiempo de ver toros y sólo me entusiasman las faenas con toros difíciles, las del toro de va-y-viene como borrego me aburren, el toreo cerebral y matemático es inmenso, los toreros que arreglan embestidas irregulares o hacen labor de enfermero o se enfrentan a cabezas como ventilador y termina la gente aplaudiendo al toro creyendo que es bueno pero no se dan cuenta que es el torero quien lo compuso... no tiene precio, felicidades x esta crónica, no se necesitan mayores detalles de como fue...
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