viernes, 21 de septiembre de 2012

Dios existe…


¿Cómo afirmar que Dios existe?
Dios confirma su existencia cuando se suscitan acontecimientos perfectos, coincidencias afortunadas o milagros presenciados. Donde el tiempo se detiene porque algo bello ocurrió, tras lo cuál, nada volverá a ser igual.
Para algunos, puede ser una comparación desproporcionada, incluso una blasfemia, pero hay hechos que sólo pueden ser obra de Dios.
Y es en ese instante cuando todo tiene sentido y los que dudan se convencen, y los rebeldes se convierten y los fieles reafirman su fe; y cada una de las epístolas se escribe y se reescribe en la versión personal de cada predicador, con sus palabras y sus adjetivos, tratando de transmitir lo intangible, de difundir el milagro… y esto es escuchado por todos, quienes a su vez lo cuentan; así la luz se esparce, llenando de esperanza todo aquello que se creía perdido.
Este 16 de septiembre un coliseo romano, el de Nimes, fue el templo sagrado donde todo sucedió. Un imponente escenario que sigue sumando historia en sus piedras; un lugar predestinado a presenciar la lucha de la vida frente a la muerte, y el triunfo de una, sobre la otra…
José Tomás se encerró con seis toros.
Los que estuvieron presentes, dejarán esta vivencia a manera de legado a sus hijos, nietos y bisnietos, porque esta corrida quedó inscrita a cincel en la historia de la tauromaquia universal. Será registrada en libros, anales, enciclopedias, compendios y demás publicaciones, a cargo de diferentes autores de diversas posturas, que por una sola vez, unificarán criterios.
A José Tomás no le hacía falta esto para ser uno de los toreros más importantes de la historia. Pero ahora… ¿en qué sitio se coloca? En el lugar de las leyendas, aquellas que se nutren primero de verdad y se enriquecen con ficción.
El resultado en estadísticas de esta corrida es increíble:
Ante ejemplares de las ganaderías de Victorino del Río, Jandilla, El Pilar, Parladé, Garcigrande y Toros de Cortés.
Dos orejas, dos orejas, dos orejas, indulto a “Ingrato” de Parladé, del que recibió las dos orejas y rabo simbólicos, además de dos orejas y una oreja del último de la tarde, para terminar con un total de once orejas y un rabo.
Dios existe y bajó al ruedo… pero ¿quién es Dios?… el que bajó e inspiró… o el que enfrentó a la muerte vestida de seis toros…
José Tomás tocó el terreno de lo divino, de lo incorpóreo.
José Tomás ya es inmortal, por eso no le teme a la muerte.
Después de esto… la nada… 

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