sábado, 27 de julio de 2013

De lo esencial a lo trivial


Cuando se trivializa aquello, cuya esencia es profunda, es equivalente a destruirlo, pero de forma cruel, poco a poco, y lo peor de todo, es que los que contribuyen a su destrucción, ni siquiera se dan cuenta, porque nunca fueron capaces de comprender su verdadero significado.
Lo banal es incompatible con asuntos propios del arte, del espíritu y del engrandecimiento del ser humano a través de alguna disciplina.
Por eso, me da impotencia cuando soy testigo de acciones aparentemente positivas, pero a la postre, tan corrosivas.
Antes, un torero era como un Dios, era un ser mítico, y todos los que le rodeaban, contribuían a engrandecer este mito, porque eran parecidos a ellos, igualmente misteriosos, muchos intelectuales como escritores, pintores y poetas. Estaba Picasso en una barrera, inspirándose para sus “Toros en Vallauris”, por ejemplo. Hoy está Diego Luna “apoyando” a la Tauromaquia, con argumentos huecos y con palabras altisonantes. Y es que esos son los intelectuales de hoy en día.
Decía Lorca que la Tauromaquia es la más culta de todas las Fiestas… ¿seguirá siendo así? A mi juicio, ahora se abusa de la mercadotecnia del torero y se olvida conservar el fondo. Y lo incongruente, es que finalmente se siguen jugando la vida, ¿por qué si hacen lo más difícil, no conservan el culto por sí mismos?
Falta muy poco para que veamos a un torero de papel couché concursando en “Bailando con las Estrellas”. Lo antitaurino se da también dentro del ambiente. El asesino duerme en casa.
Y entonces todo adopta un sentido igualmente vacío, los mismos aficionados, sobre todo los jóvenes, están más pendientes de “tuitear” su comentario, que de poner real atención a la corrida de toros, porque es lo “in”. No hay análisis, no hay criterios propios, no platican con el señor de al lado, que es un experto en el tema y del que podrían aprender algo. Y por eso los cronistas han bajado tanto su nivel, porque no hay audiencia que les exija más. El cronista actual da las gracias por sus mensajes de twitter mientras el torero se tira a matar. Qué depresión.
No basta con saberse de memoria cuántas orejas cortó El Juli y cuántas Morante en la temporada española, si falta lo más importante: Entendimiento.
Y todo lo anterior aplica para el arte en general y para todo. Si le damos importancia a la envoltura, perdemos el contenido. La esencia se confunde con la frivolidad, y lo frívolo toma un papel protagónico, hundiendo a este mundo en la inevitable mediocridad e ignorancia.

1 comentario:

Xavier González Fisher dijo...

Pues no te asombres, Luna. Ya Ortega Cano, en 2008, hizo el desfiguro en la versión de TVE de "Bailando con las estrellas", llamada "¡Mira Quién Baila!

http://www.elmundo.es/elmundo/2008/09/11/television/1221159148.html

http://www.youtube.com/watch?v=DBzoojTvQ6Y

Así que nada nos debe sorprender, creo...